En un mundo en constante movimiento, la reforma de la eurozona es un tema complejo que requiere una iniciativa ambiciosa y una acción colectiva.

Nuestra propuesta es clara: una reforma valiente de la eurozona. Estamos decididos a crear una unión económica que no solo resista las crisis, sino que sea aún más fuerte y próspera.

Ante la amenaza del retorno de la inflación y de un crecimiento débil en nuestro continente, tenemos la responsabilidad de construir una zona euro más fuerte, una zona que se caracterice por el crecimiento y la convergencia entre todos los países miembros y cuyo funcionamiento se logre optimizar.

La unidad de la Unión Europea sigue siendo nuestro activo más valioso, pero reconociendo que cada Estado miembro tiene características y necesidades económicas únicas, proponemos un enfoque equilibrado que fomente el desarrollo de normas comunes, al tiempo que tiene en cuenta las particularidades nacionales.

Este enfoque será la clave para aplicar reformas estructurales eficaces, ya que reforzará la capacidad de nuestras economías para crecer juntas y resistir las turbulencias procedentes del exterior. Reformar también significa modernizar la eurozona. Queremos crear el euro digital teniendo cuidado de no eliminar la liquidez. Esta innovación ofrecerá a los ciudadanos una nueva herramienta de pago, aprovechando la capacidad transformadora de las monedas digitales.

Este euro digital no será un sustituto del dinero en efectivo, sino un nuevo método de pago. Al respetar los principios fundamentales de confidencialidad y comodidad de los pagos, la creación del euro digital impulsará nuestra moneda común a la vanguardia del siglo XXI y nos permitirá conservar nuestra soberanía monetaria frente a otras grandes potencias que también están desarrollando sus monedas digitales.