Encontrar el equilibrio adecuado entre la producción de alimentos y la conservación de nuestro entorno natural, tanto en la tierra como en el mar. Estamos convencidos de que estos dos objetivos son interdependientes y que, si armonizamos la producción sostenible de alimentos con la conservación de la naturaleza, podremos responder eficazmente a las apremiantes necesidades económicas y medioambientales.

Queremos que se adopte un modelo agrícola eficiente y respetuoso con el medioambiente, capaz de hacer frente a los retos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. A su vez, garantizaremos los intereses de los agricultores, los consumidores y las comunidades rurales.

Para lograr este objetivo, abogamos por grandes inversiones, tanto públicas como privadas, en ámbitos como la innovación, la digitalización, la educación y la formación. Nos aseguraremos de que estas inversiones, que son piedras angulares para reforzar la competitividad y la sostenibilidad del sector, prosperen y garanticen unas condiciones de vida dignas para los profesionales de la agricultura y la pesca, así como un futuro para las generaciones venideras.

Sin embargo, para preservar nuestro recurso más preciado, el agua, reforzaremos las políticas de la Unión introduciendo una gestión sostenible y eficaz. Promoveremos prácticas agrícolas eficientes en el uso del agua, la inversión en infraestructuras de riego modernas y la introducción de mecanismos reguladores para evitar cualquier despilfarro o agotamiento de los recursos hídricos. Esta gestión adecuada del agua será un activo importante para la seguridad alimentaria en Europa.

Estamos decididos a adoptar la digitalización y la innovación como pilares de una agricultura moderna y sostenible. Mediante el apoyo al desarrollo de tecnologías agrícolas avanzadas, como la agricultura de precisión, el uso de sensores, la inteligencia artificial y la robótica, pretendemos aumentar la eficiencia de las explotaciones y reducir su huella de carbono.

Este enfoque ayudará a optimizar los recursos y a mejorar la productividad, al tiempo que refuerza la posición de los agricultores en la cadena de valor. Prestaremos especial atención a la pesca y la acuicultura, en reconocimiento de su papel fundamental en la seguridad alimentaria. Creemos firmemente que la Política Pesquera Común desempeña un papel clave para garantizar la sostenibilidad de este sector.

Al tiempo que destacamos los esfuerzos de conservación realizados en la última década, insistiremos en la necesidad de restablecer el equilibrio entre los imperativos medioambientales y las necesidades económicas y sociales del sector. Por último, la trazabilidad, la transparencia y la garantía del origen y los métodos de producción de los alimentos serán pilares esenciales de nuestro planteamiento. Nos comprometemos a garantizar que los consumidores puedan estar correctamente informados sobre cómo se producen los alimentos, respetando el medioambiente y el bienestar de los animales.