Mientras Europa se prepara para afrontar el reto del declive demográfico, abogamos por un enfoque estratégico y concertado de las políticas de asilo y migración entre los Estados miembros.

Así pues, al tiempo que tenemos presente y reconocemos la necesidad de abordar el reto migratorio invirtiendo sabiamente en las economías locales, nuestro compromiso de proteger eficazmente nuestras fronteras terrestres y marítimas sigue siendo una prioridad inquebrantable.

En colaboración con las autoridades locales, regionales y las fuerzas nacionales y europeas, afirmaremos nuestro compromiso con una gestión informada de la migración económica. Esto dará lugar a la introducción de «cuotas europeas» para controlar los flujos económicos, garantizando así la llegada ordenada de personas a nuestro continente. Al mismo tiempo, desplegaremos una sólida estrategia para desmantelar las redes delictivas, sin dejar de salvar las vidas humanas que corren peligro en el mar.

Los derechos humanos y la igualdad son el eje central de nuestras iniciativas. Para cada inmigrante, siempre daremos prioridad a la integración social, económica y cultural. Se prestará especial atención a los menores no acompañados y a los jóvenes recién llegados a nuestro continente. Para ello, movilizaremos los recursos necesarios para catalizar proyectos de integración que les impliquen activamente y les orienten hacia una transición con éxito al mundo laboral.

A través de estos valores fundamentales, pretendemos dar forma a una Europa integradora, arraigada en la seguridad y profundamente respetuosa con los derechos humanos. Al abrazar la dinámica de la migración, aprovechamos las oportunidades para crear una Europa fuerte y diversa.