Nuestras acciones sitúan al ciudadano en el seno de nuestras preocupaciones. Nos comprometemos firmemente a continuar e intensificar nuestras iniciativas para garantizar y mejorar su vida cotidiana. Esto incluye reforzar su protección como consumidores y reducir las disparidades sociales, generacionales y territoriales. Nuestro movimiento lucha enérgicamente por políticas y normativas que combatan la obsolescencia programada y por un mercado único más justo y sostenible para productores y consumidores.

En nuestra convicción subyace el imperativo de implicar a las personas e incluir a los territorios. Reduciremos la distancia entre la realidad y la percepción que los ciudadanos tienen de las instituciones europeas.

Con esto en mente, prestaremos mucha atención a los entornos urbanos y rurales, llegando incluso a tener en cuenta los detalles más concretos.

De este modo, por fin se reconocerá el papel crucial de los alcaldes como actores principales de nuestra política europea. Su estrecha relación con los ciudadanos y su comprensión de las necesidades locales les confieren una influencia inestimable a la hora de poner en práctica nuestra visión. Al implicar a los ciudadanos, poner de relieve las especificidades territoriales y reforzar el poder de acción de los representantes electos, construiremos una Europa más democrática, participativa y arraigada en la realidad de los individuos. Aspiramos a una Europa que promueva la coexistencia armoniosa en toda su diversidad. Las crisis migratorias recurrentes han subrayado la necesidad de un enfoque unificado. De este modo, pondremos en marcha una política de asilo e inmigración que sea humana y justa, que respete los derechos fundamentales de todas las personas, al tiempo que garantice la seguridad y la integración satisfactoria de los inmigrantes. Nos comprometemos con una política de migración basada en la solidaridad entre los Estados miembros y en el apoyo a las iniciativas que aborden las causas profundas de la migración forzada. Además, nos esforzaremos por establecer normas comunes para hacer frente a los retos de la migración económica y climática. En reconocimiento de la urgente necesidad de garantizar que los Estados miembros del Sur ya no tengan que vigilar por sí solos vastas extensiones de frontera marítima, apoyaremos activamente la puesta en marcha de la nueva asociación entre europeos y africanos. Lanzada en febrero de 2022 bajo la Presidencia francesa del Consejo, es esencial para el desarrollo de un continente en rápida expansión demográfica. Al respaldar a África en tanto que amigo y socio, pretendemos controlar mejor la salida de sus ciudadanos hacia Europa. Para hacer realidad esta visión, movilizaremos a la sociedad civil y a los jóvenes de ambos continentes. Estamos convencidos de que las diásporas serán las fuentes de energía renovable que impulsarán esta nueva estrategia de crecimiento y prosperidad compartidos.

Una integración exitosa requiere políticas europeas que incluyan a las ciudades y regiones en sentido ascendente y descendente. La integración de los ciudadanos ocurre a nivel local y la mayoría de los servicios que necesitan, como la salud y la educación, son proporcionados por las regiones. El mejor conocimiento de las oportunidades de empleo y de integración también se encuentran a nivel regional, al igual que la combinación de estas necesidades con políticas activas en materia de empleo. Muchas regiones también son activas en la cooperación. No aprovechar estos conocimientos deshumaniza las políticas europeas de inmigración.

Estamos decididos a construir una Europa fuerte, porque sabemos que una Europa fuerte se materializará también en una Europa unida e influyente en la escena mundial. En una época marcada por la aparición de nuevos imperios, como China y Rusia, nuestro compromiso es reforzar la integración entre los Estados miembros en los ámbitos de la seguridad, la defensa y los asuntos exteriores.

Promoveremos iniciativas de grupos de países que estén dispuestos y sean capaces de ir más lejos y más rápido en la integración de la defensa y la seguridad. Esto incluye el apoyo a la creación de una auténtica fuerza militar europea, capaz de hacer frente con eficacia a las crisis y amenazas a la seguridad y a las nuevas amenazas híbridas.

La autonomía estratégica resulta esencial si queremos desarrollar un auténtico pilar europeo dentro de la OTAN y reforzar nuestra alianza con Estados Unidos. Juntos, los europeos y los estadounidenses aspiramos a promover una nueva alianza por la democracia a escala mundial.

Y, a diferencia de los partidos extremistas que priorizan sus intereses particulares y electorales, establecen alianzas con potencias ajenas a Europa, manipulan los medios de comunicación e interfieren en la economía de nuestras democracias, nosotros nos comprometemos a emprender acciones concretas para garantizar nuestra autonomía y seguridad colectivas en asociación con todas las demás democracias del mundo.

Por supuesto, la salud es un elemento esencial de nuestro proyecto. Por ello, nuestro movimiento reconoce la importancia vital de la autonomía en la asistencia sanitaria y propone reforzar la capacidad de acción de Europa y relocalizar la producción de medicamentos y equipos médicos dentro de la Unión.